Cómo aprender a decir «no»​

¿Por qué, especialmente a las mujeres, nos cuesta tanto decir que no en todos los ámbitos?

En el trabajo, en la pareja, con los compañeros, los amigos y ya no digamos con nuestros hijos. Si lo analizamos, es una simple palabra formada por dos letras: No. Suena fácil ¿verdad? Lo cierto es que, decir que no, es algo que nos cuesta a ambos géneros, pero cuando se trata del femenino, las resistencias se duplican. ¿Te gustaría saber por qué tus labios dicen sí, cuando tu corazón te grita un no rotundo?

Sigue leyendo. Todo tiene una explicación.

Hablemos de Ciencia y Psicología

¿Alguna vez has entrado en una reunión o has mantenido una conversación con alguien en la que un no clarísimo se reflejaba en tu mente y, sin embargo, has salido por la puerta verbalizando un sí? Creo que a todas nos ha ocurrido. La ciencia y la psicología pueden darnos algunas pistas.

La ciencia afirma que los seres humanos estamos programados para agradar, para complacer, para formar parte de una tribu, de un todo que nos haga sentirnos aceptados y asegure nuestra supervivencia.

Probablemente, esto te suene a época de las cavernas y estás en lo cierto, por aquel entonces todo era caza y supervivencia, sin embargo, la ciencia admite que este sesgo permanece todavía en nuestra fisionomía. Hasta hace no muchos años, el papel de la mujer en la sociedad estaba creado para cuidar y el empoderamiento femenino estaba mal visto. Aunque nos sintamos muy actualizadas y mujeres de hoy en día, la realidad es que ciertas creencias limitantes y estereotipos (probablemente impuestos en nuestra infancia por la sociedad o factores culturales), permanecen en nuestra mente subconsciente traicionándonos cuando menos nos lo esperamos. La pregunta que inmediatamente nos surge es: ¿hay algo que podamos hacer?

Por supuesto que sí. En la desprogramación está la clave.

Nos han educado para complacer

Y para ser buenas hijas, buenas madres, buenas parejas, buenas amigas y por supuesto buenas profesionales, es decir, buenas con todos menos con nosotras mismas.

Es muy común encontrarnos a mujeres frustradas y con la sensación de sentirse “estafadas por la vida” porque la han dedicado a los demás sin obtener ningún tipo de reciprocidad.

No esperes a sentirte “estafada”, comienza a expresar lo que quieres de forma asertiva y respetuosa. Decir no es un derecho que tú también tienes.

¿Por qué es tan difícil decir que no?

  • Alto afán de satisfacer:este motivo tiene que ver con agradar y solucionar las demandas de los demás. Debemos de ser conscientes de que, cuando decimos que sí a algo, estamos diciendo que no a otras cosas que muy probablemente sean importantes para nosotras.
  • Aversión al rechazo: en nuestra mente resuena una vocecita que nos dice que cuanto más hagamos por los demás, más queridos y menos rechazadas seremos. Esto nos lleva a decir que sí a tareas, proyectos, peticiones que no encajan en nuestras prioridades, ni nos ayudan a avanzar al siguiente nivel
  • Miedo a represalias: esta causa aplica sobre todo a entornos profesionales. Decimos que sí a todo por miedo a enfrentar una penalización profesional o incluso un despido
  • Experiencias negativas previas: no cabe duda de que nuestras experiencias condicionan nuestras decisiones. Si alguna vez hemos sido rechazados por no atender las demandas de alguien, esta huella se habrá quedado grabada en nosotras, por lo que nuestro comportamiento será automatizar un sí para evitar consecuencias.
  • Aversión al conflicto: a menudo evitamos ser asertivas y poner límites para no crear un conflicto. Sin embargo, se puede decir que no sin herir a la persona que nos hace la propuesta y además darle la vuelta al argumento y transmitir positividad con nuestra respuesta. Es posible y, por supuesto, se aprende y se entrena.

¿Para qué es importante aprender a decir que no?

Decir sí a todo tiene consecuencias negativas para nosotras mismas y también para los demás. En la vida existen límites y es fundamental conocer cuáles son los nuestros. Por lo general, los límites están muy relacionados con nuestros valores y estos deben de ser inquebrantables. Para que los demás lo sepan, debes de transmitírselo. Una vez lo hagas es muy probable que todas esas peticiones que tanto te enervan, te agotan y te desgastan ya no te lleguen porque, las personas que te respetan de verdad, saben hasta donde pueden llegar contigo.

Confundimos la generosidad con el hecho de decir que sí a todo. Por supuesto, puedes decir que sí a proyectos y peticiones que estén alineados con tus retos personales o profesionales, que vayan en la dirección de tus propósitos vitales y sobre todo, que no comprometa tus metas. Pero, a menudo, el tipo de tareas que otros te piden, no te ayudan a avanzar en tu carrera, las llaman las “non-promotable tasks”, ni te aportan una satisfacción personal especial.

Según Adam Grant, profesor de la Wharton Business School y autor del libro “Give and Take”, las personas que no consiguen aprender a decir “No” en el trabajo, presentan baja autoestima, soledad emocional, culpabilidad y mayores niveles de ansiedad, tristeza o irritabilidad que pueden acabar en ataques de ira o síndrome de burnout (profesional quemado).

Decir que no, empodera. Se produce una coherencia entre mis acciones y mis deseos que hace que mi vida fluya más fácilmente, con menos resistencia y frustración, que sea más dueña de mi destino.

No esperes a que el cambio venga de fuera, eres tú la que tienes que desatarlo.

¿Por dónde empiezo?

A estas alturas seguro que ya te has sentido identificada y deseas poner en práctica la capacidad para decir que no con toda la serenidad y profesionalidad del mundo.

1. Identifica

Detecta aquellas situaciones, entornos y personas a las que te resulta más difícil decir que no y expresarte con libertad.

2. Conócete mejor

Haz ahora un ejercicio introspectivo hacia ti misma. ¿Cuál de estas afirmaciones te cuesta más creer?

  • Derecho a tener y expresar sentimientos y opiniones
  • Derecho a respetar tus prioridades y tomar decisiones aun a riesgo de equivocarte
  • Derecho a decir que no sin sentir culpa
  • Derecho a gozar y disfrutar
  • Derecho a pedir lo que quieres
  • Derecho a ser una mujer de éxito
  • Derecho al descanso y a tu tiempo personal

Estas son tan solo algunas. ¿Con cuál sientes más resistencia?

3. Márcate pequeños objetivos semanales

Roma no se conquistó en tres días. Pauta pequeños pasos que te vayan acercando a tu objetivo final: poner límites y decir que no para ser y vivir más libre.

Puedes empezar por tareas sencillas como:

  • Decir que no a alguien de tu familia o una amistad que suelen aprovecharse de tu buen hacer
  • Aguantar la mano y no presentarte voluntaria para las “non-promotable tasks”, p.e. organizar la comida de equipo, tomar las notas de la reunión, ser voluntaria para un proyecto piloto de poca entidad…
  • Decir más a menudo, «ahora no puedo, estoy con otra prioridad»
  • Dejar de ver a esa persona que solo te cuenta sus problemas, pero no escucha los tuyos
  • Dejar de organizar todas las tareas del hogar. Compártelas con las personas con las que convives

4. Toma consciencia

Crea una plantilla en papel, Excel o donde quieras, que incluya lo siguiente:

  • Situación de conflicto
  • ¿Cuál fue tu reacción y respuesta? ¿Coincide con lo que querías de verdad? En caso negativo: ¿Cómo te habría gustado resolver esa situación?
  • ¿Qué crees que necesitas para poder decir no más a menudo?

Recuerda que somos el espejo en el que los demás se reflejan. El respeto comienza siempre por una misma. Si te cuidas, cuidarás.

En BISE Coaching acompañamos al talento femenino de las organizaciones para que tomen las riendas de su vida profesional y aprendan, entre otras cosas, a poner los límites en su vida para conseguir los objetivos que se propongan. ¿Te apuntas?

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Es difícil

Es difícil tomar verdadera consciencia una misma sin acompañamiento, sin alguien que haga de espejo real y te ayude a distinguir creencias de realidades.

Es difícil

Es difícil tomar verdadera consciencia una misma sin acompañamiento, sin alguien que haga de espejo real y te ayude a distinguir creencias de realidades.

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