“Creamos lo que creemos” – Cómo romper las creencias que nos limitan

Image  by  geralt  from  Pixabay

Las creencias son la base de nuestras actuaciones. Son las que dirigen nuestras acciones y determinan nuestras decisiones.

Sin embargo, no todas son iguales ni implican las mismas consecuencias para nuestra vida. Existen creencias que nos limitan y otras que nos empoderan y empujan a mejorar.

En el artículo de hoy hablaremos de cómo estas creencias, que todos llevamos instalados en nuestra mente desde edades tempranas, están condicionando nuestra vida mucho más de lo que somos conscientes. 

Presentaremos herramientas para detectar las que te limitan, así como técnicas para cuestionarlas y reemplazarlas por otras de mucho mayor impacto para ti, que te ayuden a mejorar y alcanzar aquello que a veces nos parece imposible.

¡Vamos allá!

¿Qué son las creencias?

Una creencia es una idea o pensamiento que se asume como verdadero. Las creencias suelen formarse en las primeras etapas de nuestra vida, a través de los hechos y experiencias que vivimos, y de nuestra propia interpretación de estos. 

Es decir, no hay una única manera de interpretar un hecho, siempre va a ser subjetivo porque el cerebro selecciona solo una parte de eso que estamos viendo a través de “filtros” que provienen del contexto educacional, cultural y familiar de cada uno.

Cada creencia retroalimenta la experiencia y viceversa por lo que hay una relación causa-efecto, “creo (de crear), lo que creo (de pensar)”. 

Una creencia no tiene por qué ser mala o buena, todo dependerá del impacto que tenga en ti.

Cuando un pensamiento nos limita, nos impide crecer y desarrollarnos, lo llamamos creencia limitante. Si por el contrario el pensamiento nos impulsa a mejorar y superarnos, será una creencia potenciadora.

¿Qué nos dice la neurociencia?

Eliminar una creencia limitante de tu vida es un proceso que toma su tiempo ya que probablemente la tengas bien consolidada en tu subconsciente, pero por supuesto que se puede conseguir con el entrenamiento y constancia adecuados.

La neurociencia nos dice que el subconsciente supone un 95% de nuestro pensamiento. Esto quiere decir que solo el 5% de lo que pensamos lo hacemos de forma consciente. 

Esta espectacular capacidad nos demuestra que, cuando estás pensando algo de forma consciente, tu subconsciente ya ha ido y venido unas cuantas veces antes que tú, lo que explica la enorme influencia que tiene en tu forma de actuar.

El proceso sería:

1.   aparece el pensamiento (p.e. “voy a hacer el ridículo si doy mi opinión en esta reunión”)

2.   este pensamiento genera una emoción determinada (ira, apatía, tristeza, alegría, indiferencia…, etc) (“siento miedo/vergüenza, me hago pequeñ@”)

3.   la emoción determina mi actuación, que suele contribuir a alimentar/justificar el pensamiento original (“mejor no abro la boca en la reunión”, “me siento en segunda fila”, “apago la cámara y el audio”…)

Para generar resultados diferentes, es necesario romper este ciclo… no dejarle “centrifugar”. Así, para actuar de forma distinta, necesitas generar una emoción distinta cuya base será un pensamiento diferente, es decir, cambiar la creencia original.

Cómo detectar tus propias creencias limitantes

Dice Richard Bach: “Justifica tus limitaciones y, ciertamente, las tendrás”

Ha llegado el momento de ponerse a trabajar y romper estas cadenas que de forma inconsciente te limitan.

¿Sabías que la persona con la que más hablas a lo largo de un día eres tú y que además lo haces unas 50.000 veces al día? Y lo más impactante es que, en un 80% de las veces, lo que te dices a ti mism@ tiene una connotación negativa, incluso la conversación interior se torna agresiva…

¿Qué tipo de frases nos repetimos?

Os mostramos algunas de estas frases que nos limitan, muchas de ellas extraídas de nuestra propia experiencia en Bise con cientos de líderes de todo tipo de organizaciones: 

• del tipo síndrome del impostor: “todos saben más que yo”, “no soy suficiente”, “no valgo para esto”, “van a descubrir que no sé tanto

• del tipo controlador: “si no lo hago yo, no sale”, “es más rápido hacerlo yo (que delegar)

• del tipo perfeccionismo: “nadie lo hace igual de bien que yo”, “solo está bien, si está perfecto

• del tipo, no saber decir que no: “puedo con todo”, “no quiero decepcionar”, “no quiero provocar un conflicto”, “bah, si solo me lleva 5 minutos

Y así podríamos seguir escribiendo muchas otras. 

¿Te identificas con alguna? ¿reconoces otras que no están aquí, pero que son “muy tuyas”?

Reemplaza tus creencias limitantes con creencias potenciadoras

Paso 1 – identifica la creencia

Identificar la creencia que nos limita es el primer y más importante paso para superarla. Al ser pensamientos, pueden ser abstractos y a menudo, no tan fáciles de verbalizar. Sin embargo, cuando la identificamos, se hace tangible, podemos cuestionarla y, eventualmente, gestionarla.

Te invitamos a escribir de puño y letra todas esas frases que se repiten en tu mente una y otra vez. Simplemente por el hecho de hacerlo, ya estarás liberando espacio para que entren nuevos enfoques.

Haz grupos, como los de arriba, que unan esas frases en diferentes categorías y nómbralas. Trata de identificarlas todas con un solo nombre, por ejemplo “El Juez”, “La Rottenmeyer”, “La Perfección” y ¡diviértete poniéndoles nombre!

Paso 2 – Cuestiona la creencia

Una vez identificadas, lo siguiente es ir desmenuzándolas a base de preguntas poderosas. 

Reta la frase, mírala desde lo alto, desde un lado desde otro, como si fueras alguien que observa desde fuera, para tomar perspectiva y ver otro lado de esta creencia:

¿Es verdad esto que me digo? ¿De qué me sirve tener esta creencia? ¿Qué me aporta?

Identifica además el coste de sostener esta creencia, tanto para ti como para los que te rodean:

¿Qué impacto tiene sostener esta creencia para mí? ¿Siento paz o estrés con esta creencia? ¿Cuál es el precio que estoy pagando? ¿Cuánto me acerca / me aleja de mis objetivos? ¿Qué impacto tiene en los demás? ¿Cómo lo pueden interpretar?

Una vez las identificas y desgranas, ganarás en autoconocimiento y entonces adquirirás más capacidad para crecer.

Estar anclado en el mismo punto es como leer siempre la misma página de un libro, no te permite avanzar en tu propia historia de vida.

Paso 3 – Sustituye la creencia

Para desprogramar la creencia, para no hacerla tan “poderosa”, vamos ahora a reemplazarla por otra de mayor impacto para ti. 

Así, cuando surja ese pensamiento limitante, y tras cuestionarlo y retarlo, cambiamos el diálogo interior por: “no es cierto”, “no me aporta” y que lo que te aporta (una falsa zona de confort), lo puedes conseguir por vías más sanas. 

Y sustituimos la creencia por otra de mayor impacto para mí. Veamos un par de ejemplos:

Creencia limitante: “No soy lo suficientemente expert@ como para aportar valor en el nuevo puestoNueva creencia: “Mi carrera no comienza con el nuevo puesto, traigo un bagaje que ya aporta valor”.

Creencia limitante: “Es mejor y más rápido hacerlo yoNueva creencia: “Dejo de hacerlo yo para poder desarrollar a otros”.

Paso 4 – Trabaja a diario en interiorizar la nueva creencia

Como cualquier cosa en la vida, si no hay trabajo, no hay resultados. El cambio de creencias no iba a ser menos, así que manos a la obra, ¡a trabajar! 

¿Cómo?, pues haciendo todos los días algo para reforzar la nueva creencia. No tiene que ser una gran hazaña, basta con que sea algo pequeño que te mantenga enfocada. Se habla de 21 días para internalizar un nuevo hábito, como dejar de fumar o ir al gimnasio. Lo mismo, nos sirve para cambiar nuestras creencias y romper la inercia de la que venimos.

Trascender una creencia limitante es un proceso complejo, pero con estas técnicas y perseverancia, en poco tiempo comenzarás a notar el cambio… primero, parar y tomar consciencia sobre cuáles son las creencias, para después, retarlas y sustituirlas por otras.

¿Para qué hacer todo esto?

Porque podemos ser los arquitectos de nuestra vida. Siendo capaces de gestionar nuestros miedos, creencias y limitaciones, podremos vivir mejor y llegar a ser una mejor versión de nosotros mismos:

“Observa tus pensamientos, se convertirán en tus palabras.

Observa tus palabras, se convertirán en tus acciones.

Observa tus acciones, se convertirán en tus hábitos.

Observa tus hábitos, se convertirán en tu carácter.

Observa tu carácter, se convertirá en tu destino.” Mahatma Gandhi

Si quieres saber cómo desde Bise Coaching podemos acompañarte a ti o a tu organización, reemplazando estas creencias por otras de mayor impacto, contacta aquí con nosotros para que puedas conocer los diferentes programas de liderazgo e impulso al talento femenino que ofrecemos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *